miércoles, 26 de enero de 2011

La planta carnívora que se transformó en retrete

Las plantas de jarra son un grupo de plantas carnívoras cuya trampa consiste en una profunda cavidad llena de un líquido mortal para los animalillos que caen en ella. Estas plantas viven en suelos pobres en nitrógeno, fundamental para la síntesis de proteínas y ácidos nucleicos. La digestión de la carne de los incautos atrapados en el líquido provee a las plantas de la suficiente cantidad de nitrógeno.
La mayor de las plantas de jarra, la Nephentes rafflesiana, presente en las islas del sudeste asiático, es sorprendentemente torpe en su habilidad de atrapar insectos. Al contrario que las otras especies de plantas de jarra, tiene poco líquido y apenas emite olor atractivo. Tan poquitos "come", que con ellos no puede obtener el nitrógeno suficiente para su sustento.
Un equipo de investigadores de la Universidad de Brunei Daussalam acaba de descubrir una forma alternativa que tiene esta especie para conseguir tan necesario elemento: una alianza (simbiosis es el término) con el murciélago Kerivoula hardwickii. Estos biólogos observaron unas cuatrocientas plantas y en ellas encontraron pocos insectos; lo que les sorprendió fue que en muchas de ellas había murciélagos. Los murciélagos no se alimentan de los insectos que se están descomponiendo en el interior, sino que utilizan la planta como dormidero y refugio frente a los predadores. A cambio, los murciélagos depositan dos buenas fuentes de nitrógeno: sus heces y orina.


murcielago planta carnivora

No es esta la primera alianza observada entre estas plantas carnívoras y mamíferos. Se conocen tres especies del género Nephentes cuyas trampas son retretes para musarañas arborícolas. Estos insectívoros sólo pueden tomar su ración de néctar colocando su trasero en la mismísmima boca de la flor. Como las musarañas suelen marcar sus sitios favoritos con caca, se lo hacen allí mismo. Nitrógeno abundante para la planta. En el vídeo se ha pillado a uno de estos animalillos en tan íntimo momento:

(Vía Discover Magazine)

5 comentarios:

  1. Estas relaciones simbióticas nunca dejarán de sorprenderme. Siempre me han parecido uno de los fenómenos más maravillosos de la naturaleza. Los humanos podríamos aprender un poquito...

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  2. Pues los humanos ya hemos aprendido, a mi entender,la agricultura y la ganadería no dejan de ser relaciones simbióticas: esquilar las ovejas, ordeñar a las vacas, abonar y podar frutales, son los ejemplos más claros de beneficio recíproco. "Quid pro quo".

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  3. Muy buena reseña. Nada en la naturaleza ocurre por casualidad, todo tiene un sentido.

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  4. Qué monada la musaraña! Tiene pinta de supersuave!

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  5. Bastante curioso la verdad. Hay plantas que parecen mucho más inocentes y son aún mucho más peligrosas... Las 5 plantas más venenosas del mundo

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