martes, 21 de mayo de 2013

¿El poder de la mente? No, el de la química

Hace ya un tiempo puse por aquí una entrada sobre Uri Geller, un tipo que se dio a conocer por todo el mundo hace ya muchos años (en España, en la época en que el gran José María Íñigo lucía no solo bigotón, sino también melena). En aquella entrada quedaba meridianamente claro que Mr. Geller era un tramposo profesional, por mucho que insista en que no, que tiene poderes mentales.
Los magos profesionales (o ilusionistas, como deberíamos llamarlos) no tienen poderes mentales. Sus trucos aprovechan efectos físicos, psicológicos y químicos, como el que os quiero mostrar ahora. La mente, que sepamos, no tiene la capacidad de mover objetos a distancia; la telequinesia no existe (¿quién dijo aquello de que "el que sea telequinésico que levante mi mano"?)
De cualquier manera, lo de doblar cucharas es un truco muy efectista. En el vídeo, Hernán Toro, azote de charlatanes:



Cuestión de química. Si quieres sorprender a tus amigos doblando una cuchara, no tienes más que cortarla y volver a soldarla con:
a) Opción cara. Galio, un metal cuyo punto de fusión es de 30 ºC. Con el calor de los dedos, en pocos segundos se reblandece.
b) Opción barata. Nitinol, una aleación de níquel y titanio que tiene una curiosa propiedad conocida como memoria de forma. Si le das una forma en caliente, cuando en frío la cambias vuelve a la posición original al volver a calentarlo. Una imagen vale más que mil palabras:

(Imagen vía)
Hay otras formas de doblar "con la mente" cucharas, tenedores, llaves y demás objetos metálicos rígidos. Podéis informaros en este enlace.

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