lunes, 29 de marzo de 2010

Cara de pato

Miren si el ornitorrinco (Ornithorhynchus anatinus) es un bicho raro, que allá por el lejano 1799, cuando el primer ejemplar disecado llegó a Europa, más en concreto al Museo de Historia Natural de Londres, un tal doctor Shaw, tijeras en mano, trató de descoserle el pico convencido de que estaba siendo objeto de una broma.

Este mamífero con pico de pato, que vive en estado salvaje en el este de Australia y en la vecina isla de Tasmania, tiene como parientes cercanos dos especies de equidnas, y con ellos termina el reducido orden de los monotremas, una de las estirpes más antiguas de los mamíferos.

Aunque a simple vista parece que lleva un pico de pato, el del ornitorrinco es húmedo y flexible cuando el animal está vivo, y en él hay poros con sensibilidad táctil. Se alimentan de invertebrados, que entran en el pico mezclados con el fango del fondo de ríos y pantanos, fango que eliminan gracias a los bordes aserrados del pico. A diferencia de las aves, además de pico tienen dientes en el fondo de su boca, y con todas las de la ley: incisivos, caninos, premolares y molares, aunque algunos de ellos no son funcionales.

El llamativo pico no es la única característica que le distingue del resto de los mamíferos. El ornitorrinco parece un monstruo de feria, o un friki, como se dice ahora. Y es que es una colección de curiosidades:

Se reproduce por huevos (con perdón), en general dos, a veces tres, de un color blanco sucio. Para el tamaño de la hembra, de más de medio metro y kilo y medio de peso (mayor que una gallina, por compararla con "otra" ponedora), podíamos llamarlos huevecillos, pues son del tamaño de una aceituna. Y curiosidad sobre curiosidad, casi siempre están pegados entre sí. La hembra permanece en el fondo de una larga galería durante los 14 días de incubacíón, después de haber bloqueado la entrada. Eso sí, si a algún depredador le da por entrar no hace el más mínimo esfuerzo por proteger a los huevos o a la crías, si ya han nacido.

La hembra amamanta a sus crías, aunque no sé si está bien expresado, puesto que carece de pezones. A éstas no les queda otra que lamer la leche que rezuma del vientre de su madre.

El macho también tienen lo suyo, no crean. Su pene se parece más al de los reptiles que al de los demás mamíferos. Entre otras cosas porque sólo lo utiliza para la cópula; para orinar utilizan la cloaca, por donde también eliminan las heces. Además, los machos son venenosos: en el tobillo tienen un espolón hueco con el que inyectan una toxina capaz de matar un animal del tamaño de un conejo en un minuto y medio.

Otro rasgo característico de estos animales es que no son de sangre fría pero tampoco de sangre caliente. Sería muy adecuado llamarlos de sangre templada, pues suele ser de tan solo 32 ºC. Cuando hace frío desciende su temperatura corporal, aunque no llega a bajar tanto como la del ambiente. Y si es necesario, entran en hibernación.

Los ornitorrincos tienen los oídos (no tienen orejas) justo detrás de los ojos. Para que me entiendan, como si nosotros tuviéramos los oídos en el lugar de las cejas. Cuando bucean, un pliegue cierra por completo ojos y oídos, y buscan a sus presas mediante el olfato (en esto también son especiales; los demás mamíferos no podemos oler bajo el agua), el tacto y mediante una extraña capacidad: la electrorrecepción. O lo que es lo mismo, captan los debilísimos campos eléctricos generados por la contracción de los músculos.

Como les decía, el ornitorrinco es muy raro. Y para los más entendidos en biología, aún hay más: sólo las vértebras caudales presentan epífisis, los nervios espinales salen por mitad de la vértebra, en lugar de entre vértebras, los huesos craneales están totalmente fusionados, la estructura adrenal es más bien reptiliana... pero creo que con lo expuesto ya ha quedado claro que en este animal, hasta el nombre es raro.

2 comentarios:

  1. Pus si que es raro el bicho si, a la par que interesante. Una preguntilla ¿se tiene algún fósil de algún antepasado del ornitorrinco?

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  2. Existen fósiles de varias familias de monotremas de hasta unos 100 millones de años, en Sudamérica y en Australia. Hoy sólo viven el ornitorrinco y dos especies de equidnas, estos cubiertos de púas.

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